Un grupo de personas no ha dejado sola a Eneida Abarca. Ella, desde el 2022, busca incansablemente a su hijo Carlos, quien desapareció en la colonia Monserrat en San Salvador. A pesar de haber solicitado la ayuda estatal para encontrar a su hijo, no hubo eco en sus demandas. Desde ese momento se convirtió en la investigadora de su propio caso.
Durante 30 meses preguntó por su hijo y pegó afiches de su desaparición en 35 municipios. Estas acciones, hicieron que un grupo de personas desconocidas para ella orientara sus esfuerzos a ayudarla, desde lo económico hasta lo emocional.
Según la psicóloga, social Daniela Salamanca, esto representa un “colchón social”, es decir, “redes de apoyo sólidas tienen una actuación directa en la emoción de las personas”. Aunque muchos usuarios en redes sociales han criticado el actuar de la madre de Carlos, ella continúa su búsqueda. Además, reconoce que la red de apoyo que ha encontrado la anima a no decaer. No obstante, también es consiente de que es el Estado quien debería brindar apoyo y buscar sin cesar a su hijo.
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